12/09/2012

Visiones pasajeras



La impresión de las grandes montañas en mi cuerpo se perdió un día. Paris es una gran montaña aplastada, no hay donde trepar . Su nieve se derrite sin necesidad de mi carne tibia y el agua esta ahogada.
Perderé los músculos de caballo alegre un día que en vez de bajar a galope me daré a rodar.
La carne derretida sobre la acera lucha aun para que no vuelen moscas de mierda a su alrededor. La pobrecita, se le ha olvidado que para eso se necesita altura. Que ya no es carne viva es carne de cañón!
Los otros son dinamita, ellos piensan ser pero no ven que se les evaporan los músculos, que se les marchitan las pestañas risueñas y se quedan calvos sus ojos  y que sus labios son boca llena de saliva.
Y cual es el amor de la gran ciudad?  Sera parte del contrato de seguro social. Impuestos a la renta aumentan para proteger el nidito del amor. Carne vendida, carne de mercado. Carne con miedo de ser hueso famélico eso es el amor. Los susurros de cama se mezclan con las lenguas citadinas de basura y consumo. Una garantía de calor que ayude a sobrellevar la nieve sucia es el amor citadino.

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