Ahogada en calor,
navego en tus susurros.
Busco en la
neblina cobija. Espero en columpios de nube, pero dentro mio, las entrañas son
vapor, mi mascara de humo y en una esquina de mi mente me derrito.
La piel es
para el exterior como una roca o la corteza de un árbol. Ni el viento ni el
frio ni el calor sabrían reconocerme y por eso les soy grata.
Me siento
suspiro. Y graciosos los gorriones piensan darme novedades del mundo.
A veces soy
alegre y mis pestañas quieren ser mariposas. Otras, llenaría de aire mis venas.
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