La noche en que el mar se trago todo,
el cielo tuvo el color de tu semen.
Ahora la luz me molesta con su
solidez
y me hallo humeando concreto entre
sabanas de seda.
Desmoralizada de tantas ilusiones, me emociono con des-moralidades.
son el sonido de una guitarra mal afinada, el humo que rasca la garganta,
que me llaman hoy.
El cigarrillo se consume abandonado a su propio asar, y yo, abandonada en mi misma.
El silencio es la cicatriz mas profunda, es tu semen color cielo. Y tal vez por eso en mi embriaguez siempre lo buscaré,
Agrietada entre tanta lucidez.
no me canso de leerlo. ese primer verso lo guardo doblado en un papelito y a veces me lo llevo cerca del pecho.
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