Mujer
caracol, llevas hogar en tus hombros
A costa de
perderse en la espiral.
Intimidad
con mi intimidad, ser para mi ser. Infinito estancado en el sin cesar…
Cuando me
siento perecer crezco y reconozco. Recomienzo.
En el
levantarse esta el surgir, en el levantarse esta la razón de las flores.
Detener mi
viaje afanado seria profanar todo lo que he cargado:
La sin
razón de mi baile … el eco profundo de un sentimiento gurutal. Detener la
grandeza y atrocidad de la espiral es caer en el abismo desprevenido.
Silencia a
la mujer de los guerreros,
Ama a la
mujer guerrera. Las cargas siempre pesan lo mismo, lo que las aliviana es el
camino.
Lo sublime
del peso es la estela del esfuerzo, rastro de lo íntimo de la fuerza de la vida.
Rastro mágico de caracol, huellas pronunciadas sin temor a la cabalgata.
Ama a la
mujer guerrera. Deja que mi piel también sea tu cielo. Y mis cicatrices tus
estrellas.
Que la
dulzura del amor nunca te adormezca y que las sabanas de tu cama nunca sean tu
techo.
Ama a la
mujer guerrera que decide bailar al abismo. Aquella que caracola sentimientos y
permite que no tengan fin, y como si eso importara, ni comienzo.
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